lunes, 29 de marzo de 2010
lunes, 22 de marzo de 2010
2 perros negros
Estaba vacío Santiago, era domingo, andaba caminando por la tarde y pasé a comprar una bolsa de maní, ahí frente a la biblioteca nacional, Miraflores creo se llama esa calle que sale a la alameda.
El maní frío era casi pura azúcar quemada. Crucé la calle.
Hay un parquecito ahí, antes de llegar al cerro Santa Lucia, he pasado mil veces por ahí, nunca había visto ese parque. El domingo estaba llenos de perros, obviamente no les puse mayor atención.
Caminaba rápido, entre el parque y la reja que da hacia la alameda. Un perro a mi izquierda comenzó a ladrarme, al principio no le tomé importancia, estaba justo detrás de una reja redonda que protege el pasto del parque. Lo miré era un perro negro, mestizo, macizo. Comenzó a ladrarme más fuerte, me acordé que ese domingo no era mi mejor día por eso había salido a caminar .
Eran tan insistente el ladrido del perro, que tuve que encararlo, “sale perro culiao!!!” con un gesto como queriendo que se fuera y dejara de ladrarme. No le perdí la vista ni por un segundo, me estaba asustando más de la cuenta.
En una milésima de segundo, otro perro negro; mestizo, macizo, viene rápido y salta la reja sin mediar provocación para acorralarme. Este era más decidido, agresivo, supuse desde un principio que este perro me iba a morder.
No corrí ni les di la espalda, el de la derecha parecía morderme en cualquier momento. Mi mirada fija en el de la izquierda, era el único que podía desistir, el otro perro estaba decidido a morder, ya estaban a menos de medio metro.
Fui retrocediendo paso a paso, lanzaba golpes con las manos y los amenazaba como queriendo tirarles algo, no había una piedra no había nada, todo pavimento. La empecé a ver cada vez más negra. De espaldas choqué contra la reja que da a la alameda.
No había escapatoria, no hubo una persona que le gritara a los perros, eran perros de la calle. Hambrientos después del terremoto. Agresivos, violentos. No entendía como podían tener tanto odio para querer morderme, como si quisieran comerme.
Acorralado contra la reja, apoyo mi mano izquierda y doy un salto que me pudo haber costado muy caro, los perros pudieron haberme alcanzado o del otro lado podía venir por la alameda un bus a toda velocidad. No lo pensé salté y caí feo. Se rompió mi bolsa de maní. “¡¡¡¡Perros conchadesumadre!!!!” Les grité y les tiré unos papeles que teniá en mi otra mano. Con odio, con bronca, con mucha rabia.
Los perros se devolvieron al parque. Una pareja de pololos habían visto todo, ella me miraba con cara de si me había pasado algo o era yo el que había violentado a los perros. Me sentí culpable. Subiéndome otra vez por la reja para retomar el rumbo.
Intenté comerme el maní que quedaba en la bolsa, tenia la boca seca, en un basurero tiré lo que quedaba en la bolsa. Tal vez era eso lo que querían los perros, jamás me di cuenta.
miércoles, 17 de marzo de 2010
jueves, 11 de marzo de 2010
miércoles, 10 de marzo de 2010
lunes, 8 de marzo de 2010
viernes, 5 de marzo de 2010
jueves, 4 de marzo de 2010
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...
Terremoto en el piso 17.
Daño estructural en el edificio donde vivía.
Cambio de casa, cambia la vida.
Mucho ánimo para este nuevo desafío.
Gracias a los amigos que se han preocupado...
y a quienes estuvieron en la mudanza sin ascensor, se pasaron.
Nos vemos pronto.