Durante la noche de ayer, desaparecieron misteriosamente valiosos aparatos de nuestro taller de calle Pocuro.
No dejaron rastros, no hicieron ruido, habiendo moradores, nadie se percató de nada, hasta la mañana siguiente.
El laptop Dell recien comprado de mi compañero y su chequera. Mi Disco duro con toda mi musica y mis peliculas. (por suerte no habian respaldos). Mis quemadores de cd y dvd. Mi camara, la que me acompañó todo mi viaje (carreteada ya la pobre). Y mi humirde reproductor mp3. Por suerte no se llevaron mi laptop, que es donde tengo todo mi trabajo de al menos 5 meses. (le debo otra velita a san expedito).
En la oficina del lado, sacaron celulares y otra camara de fotos.
Hoy -ya con mas tranquilidad- ha sido un dia de maestreo, cambiar chapas y poner seguros, nunca habriamos imaginado algo como esto. Ya que no se trata de simples sabandijas, es muy probable que el ratero sea un conocido de la casa, y haya entrado hasta con llaves, debido a la pulcritud de sus maniobras, si hasta se llevó cada uno de los transformadores que le servian. (como dijo la poli "aqui hay gato encerrao", y ellos si que saben).
Hoy ya salió el sol nuevamente, y mañana habrán más ganas de seguir laburando. Con un poco más de chapas y candados, pero con el esntusiasmo de siempre.
Se acepta música para recuperar en parte la pérdida.
Fotografía (Un regalo de Sebastián Lucero desde New Zeland)
jueves, 4 de octubre de 2007
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